sábado, 10 de noviembre de 2012

La madre y el niño


Una tarde, conversando en la mesa, mi mamá nos cuenta lo siguiente: estaba esperando a cruzar la calle, y a su lado había una mujer con un niño de unos 4 años; estando el semáforo en rojo cruzan dos jóvenes, entonces el niño le dice a la madre: crucemos, -no-, responde la mujer. Luego el niño le pregunta: ¿y como ellos?, entonces la mujer corrobora diciendo: no, no hay que cruzar. Al ver la desconformidad del niño ante la respuesta de su madre, mi mamá interviene y le responde al niño: los jóvenes cruzaron mal, porque el semáforo estaba en rojo, y lo que corresponde es cruzar con luz verde.

Aunque parece muy simple el asunto, hay en esto algo bastante relevante, y es la manera de cómo los padres enseñan a sus hijos. La mujer no le explica al niño, sólo le responde con un -no-, y punto. Así, ¿cómo esperan que los niños comprendan el mundo?, ¿cómo quieren que piensen, si no les enseñan a pensar? Sólo les enseñan a recibir órdenes como perros, sin explicarles nada.


Creo que debido a esto es que encontramos a personas haciendo cosas que, cuando uno les pregunta por qué las hacen, responden: no sé.

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