En los siguientes párrafos, explicaré algunos efectos que causan estos “juegos”.
Lo primero que las prácticas de adivinanza nos producen, es
una sensación de un viaje al futuro, pensando en lo que queremos tener y
ansiándolo con más ganas. Vemos nuestra vida actual menospreciada, y nuestro
estado anímico decae…
Estos viajes no sólo nos deprimen, sino que impiden que
vivamos y aprovechemos el presente. Nos desvían de nuestras obligaciones y
proyectos, “no nos dejan sembrar”. Así, sin preocuparnos del hoy, ¿qué será de
nosotros en el mañana?, ¿qué estamos construyendo cuando volamos, deteniendo la
evolución que estamos llevando?, ¿qué cosecharemos, si la siembra no se ha
realizado?
Para atraer a la persona que deseamos, la esotería
recomienda conquistarla de acuerdo a sus gustos, pero, ¿qué significa eso? Lo
que hacemos es transformarnos en actores, cambiando nuestra conducta en base a
lo que quiere el otro, engañando a esa persona y engañándonos a nosotros
mismos. Ese amor no estará dirigido hacia uno sino a ese personaje que hemos
creado y que, tarde o temprano tiene que
desaparecer…

Lo peor de la esotería, sin embargo, no son los dos aspectos
mencionados arriba, sino lo que oculta tras la entretención, intriga y ese
extraño encanto que tiene. La esotería conduce siempre a la vanidad, el
egoísmo, la ambición, el orgullo, la manipulación. Siempre tiene recetas para
tener más dinero, para atraer personas, para tener éxito en el trabajo, para
tener reconocimiento social, etc.; sin incentivarnos a mejorar como personas
verdaderamente, o sea, ser más trabajadores, más cordiales con los demás, ser
honestos, justos, comprensivos, humildes. En vez de buscar ser siempre el foco
de la atención, deberíamos, ojalá, realizar buenas obras y evitando, en lo
posible, que sean reconocidas (la más grande humildad).
Lo que recomiendo es hacer una introspección para reconocer
nuestras fortalezas y debilidades, para luego trabajar todo lo que haya que
mejorar. Podría ser: mejorar el carácter, tratar de ser más comprensivo,
intentar saludar con una sonrisa, preocuparse de conocer mejor a las personas
antes de encasillarlas en alguna categoría, ser responsable con nuestras obligaciones,
etc. Eso sí, se debe tener cuidado con nuestro autoanálisis, porque también se
puede caer en el error de quedarse encerrado pensando en uno mismo, con una
impresión equívoca, sin ver la luz de la verdad. Es importante para esto, pedir
opiniones y consejos a personas de nuestra confianza.
En este encierro en sí mismo uno puede de pensar que
todo lo nuestro está mal, lo cual nos puede bajar mucho el autoestima y
deprimir; como también puede suceder el caso contrario: que no seamos capaces
de ver nuestros errores, y sólo veamos cosas buenas, y en vez de mejorar,
empeoremos, entrando en una autocontemplación que nos transforme en vanidosos y
narcisistas.
Por último, me gustaría recordar a Sócrates, que nos dice: “Desciende a las profundidades de ti mismo, y logra
ver tu alma buena. La felicidad la hace solamente uno mismo con la buena
conducta”; y lo que nos dice el gran Aristóteles: “Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo
serio, pues la vida no es un juego”.
También hay que mencionar que la Esotería nos hace poner en duda la Providencia Divina. ¿Para qué querré saber el futuro, si confío en que Dios se encargará de eso? Existe una clara desconfianza y desapego a la fe, que podría llegar hasta el punto de acercar demasiado a la persona a influencias malignas. ¡Buen tema!
ResponderEliminarsi quieren saber más sobre estos temas los invitos a ver mi post e los arcanos menores aqui
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